Más de 40 mil dosis de fentanilo contaminado causan conmoción en Argentina
La reciente crisis por el fentanilo adulterado ha sacudido el sistema de salud argentino, revelando serias deficiencias en los controles sanitarios. El presidente de la comisión de Salud en Diputados, Pablo Yedlin, informó que cerca de 40 mil dosis en mal estado fueron administradas a pacientes en diversas provincias, lo que ha provocado un brote de infecciones que ya ha cobrado casi un centenar de vidas.
Yedlin mencionó que uno de los lotes de fentanilo producido por un laboratorio fue distribuido sin la debida advertencia sobre su contaminación, mientras que otro lote permaneció almacenado. Las autoridades lograron recuperar alrededor de 100 mil ampollas antes de que llegaran a los hospitales, pero miles ya habían sido aplicadas. Estamos ante más muertes que en cualquiera de las grandes tragedias argentinas, advirtió el legislador, reflejando la gravedad de la situación.

El descubrimiento de la contaminación
La alerta inicial no provino de un operativo de rutina, sino de un aviso del Hospital Italiano de La Plata, donde los médicos identificaron casos de infecciones atípicas. Las muestras fueron enviadas al Instituto Malbrán, que confirmó la presencia de bacterias como Klebsiella pneumoniae y Ralstonia pickettii. Esta evidencia llevó a la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) a allanar el laboratorio productor, descubriendo que las ampollas retenidas también estaban contaminadas.
Aún queda por identificar más dosis del fentanilo adulterado, y la falta de trazabilidad en este tipo de medicamentos complica la tarea de localizarlas.
Avances en la investigación
Hasta el momento, se han registrado oficialmente 96 muertes vinculadas al uso del fentanilo adulterado, aunque se sospecha que la cifra real podría ser mayor. En Bahía Blanca, se investigan nueve fallecimientos que coinciden con la administración del medicamento, aunque la confirmación depende de análisis microbiológicos complicados por recientes inundaciones.
En Córdoba, la Clínica Vélez Sarsfield fue uno de los focos del brote, donde se administraron más de 1.700 dosis del lote contaminado. De cinco pacientes afectados, tres sobrevivieron y dos fallecieron. El director del centro admitió que no existe un registro en el país que permita identificar qué paciente recibió un lote específico, lo que dificulta el trazado de un mapa de distribución. La única forma de vincular un caso con el fármaco es a través del hallazgo de las bacterias y su secuenciación genética.
La investigación federal, bajo la dirección del juez Ernesto Kreplak, ya ha imputado a 24 personas, incluidos directivos de laboratorios y distribuidores. Las acusaciones se enmarcan en el artículo 200 del Código Penal, que sanciona el envenenamiento y otros delitos contra la salud pública, mientras los fiscales revisan documentación y órdenes de compra para determinar responsabilidades.
El caso de Giovanni, el bebé afectado
En medio de esta tragedia, la historia de Giovanni Benavídez se destaca como un caso conmovedor. Este bebé cordobés, de apenas tres meses, estuvo 110 días internado en Neonatología después de recibir fentanilo contaminado poco después de nacer. Su situación se complicó al contraer seis bacterias, comprometiendo su función hepática y requiriendo antibióticos poco comunes para su edad.
Actualmente, Giovanni respira con ayuda de una cánula nasal y se alimenta a través de un botón gástrico. Si su evolución es favorable, podría recibir el alta en breve, aunque los médicos advierten que las secuelas lo acompañarán de por vida. Su recuperación requerirá rehabilitación neurológica y terapia con especialistas para restaurar sus capacidades.
Los padres de Giovanni han presentado una denuncia penal contra el Ministerio de Salud y la clínica donde se administró el fármaco. Representados por el abogado Carlos Nayi, son parte querellante en el caso y se encuentran a la espera de avances en la investigación. Es un milagro que esté vivo, afirmó su padre, reconociendo que el camino hacia la recuperación será largo.
Este caso resalta la urgente necesidad de mejorar los controles sanitarios y la trazabilidad de los medicamentos en Argentina, para evitar que tragedias como esta se repitan en el futuro.